"Im Anfang war die Tat"

A... :
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La palabra no lo que dice, lo que hace
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Abuelo 1: Hoy te recordé mientras escuchaba la canción Dí que no es verdad, tú nunca la escuchaste conmigo, ni siquiera te gustaba Eydie Gormé, creo que nunca te gustó la música o nunca me compartiste tal fascinación (si es que la había). No importa. Los motivos siempre han de sobrar para pensar en ti y hablar de ti mientras escucho alguna melancoliquísima canción.
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Abuelo 2: Le dije a la abuela que me gustaba mucho escuchar Madreselva porque me recordaba a ti y tu olor a medicina; ella me dijo que el tango te fascinaba, pero que justo esa pieza, esa pieza en especial, era tu mayor desagrado. Ahhh! ... yo tan errada siempre.
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Tú, mi corazón: Primera vez que hablo de ti, que te hablo, porque suelo hablar de b/vanalidades y tú nunca serás una de ellas. Sí serás esa lagrimilla rara hacia el cuello, hacia mi plexo doliente y con gastritis. No se. Solo que hoy he querido tal vez, decirte que, todo está bien por acá y que a veces muy de madrugada suelo sentir tu presencia en la silla que está -justo- frente a este sofá.
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Witty, Wittgenstein, nuestras ficciones son meras necesidades de construcción, es decir, nuestras realidades son meras... et cetera. Lo dicho, lo narrado, es sólo una posibilidad (posibilidades); su lenguaje son formas (formas nada más acariciando mis manos, formas nada más en el temblor de mi voz), acción de cuerpos, un asunto semiótico. Lo sabemos, sobre la certeza:
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Nuestro ojo es parcial siempre, cortas nuestras perspectivas.
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5 comentarios:

Sofia dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Sofia dijo...
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Sofia dijo...

No lo había pensado así... como la posibilidad de lo narrado, a veces suele ser tan contundente y definitorio...
Y si es que sólo fueran formas (formas que creo no existen sin fondo), se sienten tan nítidas y reales, tan cercanas y honestas
que su sólo toque te quema o acaricia.

Nuestro ojo, sí, es parcial siempre. No moriremos con los mismos con los que nacemos. Las perspectivas, tal vez, no sean otra cosa que el reflejo de nuestra efímera duración, y una prolongación de las mismas, pierde sentido, porque puede que también lo pierda lo anterior, en esta, nuestra mente y realidad parciales.

Un gran abrazo Karina, me has dejado pensando y creo, no relfejé aquí muy bien lo que quería decirte. Pero creo, tú sabes leer entre estas formas y palabras.

Natalia González Gottdiener dijo...

Realmente, la mente empieza a navegar aquello que ellos no fueron, a crear nostalgias más allá de sí..., de lo que no vimos. Besos

Anónimo dijo...

Estuve leyendo por segunda vez Devoción y siento que me dio una mayor noción de la poesía que está ahí, es un libro oscuro, de filosofía descarnada y mucha melancolía, no sabes cuantas ganas tengo de leer tu nuevo libro. HAce unos días platicaba con Hector Velez sobre un poema del libro donde mencionas "el oblivion", yo siento que ese es el poema que encierra toda la poética de la carne. Sinceramente leo lo que escribes ahora y veo una mayor madurez, por eso te digo no sabes cuantas ganas tengo de leer tu nuevo libro y también de platicar contigo en viva voz.

Muchos saludos