Soy un alguien que se enamora. y poco tiene que ver con Febrero, flores, et cetera. es decir, sí tiene que ver con flores, pero es parte de nuestro misterio: no decir flores, chocolates blancos, ni tumbarnos de espaldas al mundo para mirar la catedral. es necesario decir que sabes de mi obsesión, obsesión con dios, por la belleza. la Forma, que se intenta decir. ¿decimos? justo nuestro amor nada tiene que ver con las palabras, o esas cosas de enamorados, esos son lugares comunes. lo nuestro son silencios, mutismos. y me canso-nos cansamos. nos importunamos de-en este infierno. "Falling in love… glamorous hell"; y pienso en Carol Ann. pienso también en abandonos, los que hacen esta espera y, me quedo hablando sola como si te dijera todo el mundo. Hablo, una vez más, una vez más y entonces solo mi voz, porque la llamada debía durar solo eso ¿sabes? minutos, pares. tarde o temprano dejo de escuchar tu voz, y ahí me quedo, y ahí me canso toda, y no existe unidad de todas formas que, son tus silencios. ¿Acaso silencios? Yo escuchaba sobre las Enéadas, la unidad y reía porque recordaba a un tonto que quería bajar del auto mientras la avenida Insurgentes pasaba. ¿Y acaso importa resolver la contradicción? ¿Recuerdas ese "su espalda toda frente a mis ojos... como en una explicación casi inaudible dije: Uno"? es justo eso. voluntad. nunca seguir. truncarnos en el brillo. incendiarnos en el no, que pretendía ser si. ¿recuerdas? El tic tac, el tic.
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6 comentarios:
La carne no es el espiritu.
La forma no es el fondo.
...
Qué contradicción! Hasta los puntos suspensivos dicen…Sé que esperas que escriba y que, también, lo hago por compromiso (ésta mi impericia en las artes de las letrujas, de vez en vez me provocan vergüenza… la vergüenza de ser un hombre…hay alguna razón mejor para escribir -nos lo recordaba el suicida)… compromisos que bien sabemos nos importan un rábano…. No no no no quiero escribir… otro día te hablo… otros minutos..
la mente es el espíritu y el fondo, no deja de ser forma.
Justo esperaba que no escribieras, que no.
Tiene, tal vez, que ver con lo predecible que somos.
Y cuando no hay lugares comunes, llegamos a lugares insospechados. En silencio, de vez en cuando, siempre. Queremos perdernos, para luego reencontrarnos en los mismos lugares, que sin embargo, cada vez nos parecen distintos.
Un amor que revive, y yo a veces, cuando te leo, me siento sólo como el despistado que recuerda tanto que no hizo, y cuanto más recuerda, más le emociona.
Te quiero, invitar a la clase de lunes, y a la del martes, y con el- sin él.
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