Con la segunda
el sentido del viaje
no es pasar de una alcoba a otra,
sino arrojarse por la ventana.
Ya no es tener estertores de capullo
para volverse mariposa
de alas negras,
libre al fin,
sino aletear, con cada vez más cansancio,
o con las alas que se van poco a poco empequeñeciendo,
hasta hallar, en la flama,
su parálisis, su frenazo, su embolia
de ceniza.
-
Enrique González Rojo Arthur,
Memoralia del Sol
(a publicarse en Septiembre de 2008)

4 comentarios:

Jj dijo...

Sé que aún no eres ceniza, alguno de estos días ven a mi alcoba.

Karina Falcón dijo...

Aquí ya no se puede pasar de una alcoba a otra, pero prometo hacer el viaje hacia la ventana, sino arrojarme por ella, de menos dejar una O de aliento.


:)

Dylan Forrester dijo...

A que venga el libro,entonces.
Buen blog.

Saludos...

ángel dijo...

Un clásico vivo, injustamente marginado, como a lo buenos poetas le sucede. Bello poema.