El libro se escribe a menudo como una tumba. Hablaba con mi querido Noe del sin-sentido y de entonces, no mucho he podido hacer con respecto a mi propia sanidad. Sí, gusto reanudar mis conversaciones con un aforismo; después de un largo silencio... Exigir que la memoria haga lo suyo, ¿ no es así, Noe? Verás... Que no que no gusto de usar Marisol, sin embargo dos de mis más grandes recuerdos de adolescencia... Bueno, de más adolescente -aún- me llaman así. Marisol. ¿Comulgan Noe? ¿Los elementos?... Yo sólo me sé el punto gris, lo borroso, borrascoso... Antes sí pensaba en el Mar y en el Sol y en mis padres. ¿Marisol? Lo indecible-indecidible. Alguna vez quise que me llamaran así porque debía olvidarme de la otra, de K... Así es, de ella. He logrado una reconciliación, con Sofía, sabes. La otra, las otras. Bueno... Mencionemos a Ponty. Sí, recuerdo a Merleau-Ponty y hay algo. Tal vez pienso, creación.
Tal vez, menos ansiedad. Tal vez el rostro en blanco simulando trazos negros y sin-sentido, sólo los ojos y la voz disipada. Un rostro con solo ojos y la noche. Nada más.
Tal vez, menos ansiedad. Tal vez el rostro en blanco simulando trazos negros y sin-sentido, sólo los ojos y la voz disipada. Un rostro con solo ojos y la noche. Nada más.
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[No. En éste par de ocasiones prescindiré de imágenes.
Es decir... Bueno, ustedes saben.]
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P.S. Ayy Noe, si tan solo con nombrar, si tan solo decir emergiera lo abismal,
seguramente comprendería tu forma de bromear. Seguro pensaría entonces en
otra cosa que el abismo.