Al menos aquí, sucede lo que yo llamo milagro. Son tierras más allá de lo cálido y resulta que amanecemos arriba o debajo de, no lo sé, pero no es la misma altura, ni los mismos amaneceres, hace bastante frío. Alguna vez he dicho, recuerdo, que tengo brava fascinación por las casas vacías y las grandes ventanas. Hace un par de semanas tuve que hacer el momento, a la espera de un buen amigo(valga decir, traductor como pocos y excelente escritor, además de preparar un muy buen exprés); en fin, estuve afuera de su casa. Cuando llegó --llegó apenadísimo-- no paraba de disculparse. Le dije Créeme que estaba dispuesta a esperarte más, las ventanas de tu casa son justas para ser miradas. No sé. Creo que él pensó que yo estaba siendo irónica (no lo culpo; incluso, creo que otra vez llegó a dudar de la seriedad de mi frase (otra vez, no lo culpo.
En fin, no voy a finalizar este texto, ni siquiera con una frase corrcta.
2 comentarios:
Las casas grandes con ventanas grandes, espacios perfectos para perder la mirada en su dimencion diminuta o en su gigantesca nada que bueno decir nada es como llenar la casa aunque sea de nada o desbordar el afuera y el adentro de las ventanas...(en que momento mira uno afuera o dentro) y bien quizas eso sea lo que trae consigo los festejos una inmensidad para ser ya sea juiciosos o descocados.
por acá visitandola
un abrazote
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